UN DÍA ESPECIAL

Hoy ha sido un día especial.
Hemos pasado un ratito muy, muy, muy agradable con una de las familias que viajó con nosotros a por nuestra hija.
Compartimos con ellos los mejores día de nuestra vida, y aunque solo nos habíamos visto una vez anteriormente; cuando llegamos a Barajas, nos sentamos juntos en el suelo, comenzamos a charlar y nos dimos cuenta que nos habíamos encontrado para disfrutar juntos la aventura.
Desde el primer segundo nos dimos cuenta que llevábamos la misma intención: disfrutar al máximo del viaje, reirnos de cualquier dificultad logística que se nos presentase, vivir Etiopía a través de nuestras hijas (aunque eso supusiese no alejarnos mucho del hotel; para hacer turismo tenemos toda una vida por delante) y sobre todo impregnarnos de la tranquilidad que se vive en Addis, y que es imposible encontrar en Madrid.
Hoy, casi un año después; ha sido emocionante ver juntas a las peques: La niña enfadada con el mundo (y con toda la razón), que lloraba desesperada al tener que separarse de sus cuidadoras, la niña que no confiaba en ninguno de nosotros, se ha convertido en una pequeña feliz, sus ojos así lo dicen; con un pelo que parece una peluca, Jajaja; habla por los codos, y se acerca a sus padres dejando claro de quién es el "territorio". Ha bailado con Míheret, han "discutido", han jugado juntas, se han "pegado"...
El día se ha quedado corto porque cuando han empezado a congeniar nos hemos tenido que venir a casa.
Al principio se han mirado con precaución, se han retado y han pasado la una de la otra (ya se sabe, los polos iguales se repelen), pero al final se han ido acercando.
Esto tiene fácil solución; habrá que juntarse más a menudo para que no se olviden la una de la otra.
Los papis: encantados.