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domingo, 4 de abril de 2010

EL "GRAN" VIAJE

Puedo revivir como si fuese ayer, las últimas horas antes de abrazar a Míheret.
El dos de abril nos levantamos temprano, cerramos las maletas, echamos mil vistazos a la habitación preparada para ella y nos despedimos por mail de los amigos.
Comimos en casa de mi suegra y a las 3 de la tarde partimos al aeropuerto con mi madre, mi suegra y mi cuñado.
Ya no había marcha atrás, por fin nuestro sueño iba a cumplirse y en unas pocas horas abrazaríamos a nuestra hija.
Poco a poco llegaron nuestros compañeros de viaje, y Elena (de Mundi), nos dijo que tuviésemos paciencia, que nos riésemos todo lo que pudiésemos y que disfrutásemos del momento. Seguimos sus palabras a rajatabla. Los días que pasamos en Addis, fueron los mejores días de mi vida.
A las 7 más o menos, cogimos el avión que nos llevó a Roma. Pronto nos hicimos inseparables de José Luis y Esperanza, que iban a buscar a su hija Yeabsira.
En el aeropuerto de Roma cenamos algo rápido y nos fuimos a la zona de embarque como si así el tiempo fuese a pasar más rápido.
Cuando empezamos a ver a gente etiope esperando el avión, a las azafatas negras; nos dimos cuenta realmente dónde íbamos.
Viajamos durante toda la noche, nos reímos mucho cuando nos llevaron una almohada y a todos nos dio por pensar quién habría dormido en ella antes. Pero esto era el comienzo de la "relativización" de nuestras vidas durante estos días. ¿Qué más daba lo que tuviese la almohada, si íbamos a por nuestra hija?.
Antes de que amaneciese las azafatas nos despertaron y nos dieron una toalla húmeda calentita para limpiarnos la cara, pensé que ya llegábamos, pero no; aún quedaba un ratito.
Mirad por la ventana al hacerse de día, y ver Addis, fue uno de los primeros momentos emocionantes del día. No pude contener las lágrimas al ver aquella ciudad y pensar que allí en algún lugar estaría Míheret. Nunca podré olvidar esa ciudad. Allí está el origen de lo que más amo.
Aterrizamos en Addis, y muy prontito cogimos las maletas aunque después tardamos un poquito en salir. Fuera nos estaban esperando Gebbeo y Teshe. Teshe fue durante estos días nuestra voz y guía por allí. Fue un gustazo conocerlo. Era una mezcla explosiva. Es etiope-cubano y tiene mucho de las dos cosas. Me imagino que debe ser el "terror de las nenas" allá por donde vaya, jajaja. Sus palabras favoritas eran "¿por qué no?.
De allí nos llevaron en un "autobús" hasta el hotel. Fuimos al Lion's Hotel, y la verdad es que estaba bastante bien.
Nos dejaron como una hora y media más o menos para darnos una ducha y despejarnos. Las 6 familias estuvimos mucho antes preparadas y sentadas en el jardín del hotel esperando a que nos recogiesen.
Llegó el autobús, y a mí me habían chivado que no se tardaba ni cinco minutos en llegar a la casa de Mundi, así que el corazón latía a mil por hora, y era imposible tranquilizarse.
Un minuto antes de montar al autobús, le dije a Esperanza que me sentía demasiado tranquila, me encontraba rara; ¡eran tantas emociones juntas!.
En unos minutos conoceríamos a Míheret.

6 comentarios:

  1. Nos ha encantado tu entrada, parece que estuvieramos alli,ufff a nosotros aún nos falta porque acabamos de firmar con la ECAI pero bueno cada dia que pasa es uno menos para reunirnos con nuestro peque en Etiopia,Un abrazo desde Badajoz JOSE Y GEMA

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  2. Merce, he revivido nuestra llegada Addis a por nuestros peques...
    todos los "partos etíopes" deben ser parecidos, con un "embarazo" más o menos largo, pero con la increible emoción de los momentos finales. Gracias.

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  3. Qué estupendo momento en la vida. Cuántas emociones juntas. Gracias, Merce. Felicidades.

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  4. Son momentos que nunca olvidaremos.... creo que ningún padre que haya adoptado en cualquier lugar del mundo puede olvidar esos días y momentos previos a abrazar, por fin a sus hijos.
    Me ha encantado tu entrada y espero impaciente la siguiente.
    Besos

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  5. Me encanta poder leer estas vivencias, es una entrada preciosa, el comienzo de vuestro encuentro, el inicio de una nueva experiencia que os marcará de por vida. Gracias por compartirla, hace que los que aún esperamos nos veamos allí e imaginemos el día que nos toque. Un abrazo

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  6. Merce, me erizo al leer tu entrada y me vienen las lágrimas a los ojos, sobre todo al recordar también ese momento mágico del aterrizaje en el aeropuerto de Bole, la música africana sonaba en el avión, el día era luminoso y ahí abajo estaba la hermosa África, la hermosa Etiopía, la hermosa Addis y, por supuesto, la preciosa Lola. Lloré a mares, mientras que Ramón, ajeno a mi emoción, buscaba sus gafas como un desesperao, que se le habían caído 4 asientos más atrás ;-)

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