Hace mucho que no cuento nada de nuestra espera.
La verdad es que ni en mis peores pronósticos podía imaginar que después de un año y pico de echar los papeles en la Comunidad, y sin tener que hacer primera reunión ni cursillos; aún estaríamos sin firmar.
Desde octubre que nos cambiaron el CI para poder ir a Burundi, han pasado mil cosas. Mandaron mal el expediente a la Xunta, no llegaba la carta de aceptación a Madrid, tuve que llamar mil veces, decir que la mandaran por fax, después de dos meses; y cuando ya estaba todo OK, nos dijeron que el informe de la psicóloga y la trabajadora social tenía que estar por duplicado. Vuelta a visar informes, a llevarlos... más espera.
Explicación: según ellos éramos el primer expediente y estábamos pagando la novatada; conclusión, pues que otras familias también de Madrid, han firmado antes con la Ecai... No me preguntéis por qué; no he querido pedir más explicaciones.
Mirando a mi hija, me doy cuenta que ella estaba hecha para nosotros, así que ahora será igual. Todo será por algo, aunque ahora no seamos capaces de verlo
El puente de Diciembre, la Navidad... y por fin, después de Reyes nos llamaron de la Ecai, para darnos fecha de firma.
El próximo lunes, por fin; firmaremos.
Carrera de fondo para preparar papeles, legalizarlos en mil sitios, hacernos fotos... parece que llegaremos a tiempo, en lo que a papeles se refiere claro; porque a Vigo ya veremos.
Jamás hemos viajado con Iberia, siempre con low cost. Esta vez, los vuelos eran directos, en el día (ida y vuelta), bla, bla, bla... ¡ZAS! huelga en Iberia.
Billetes pagados, imposibilidad de pedir devolución de dinero hasta que no sepamos si cancelan, si no cancelan pero hay retrasos a ver cómo lo hacemos porque el martes tenemos que ir a currar... y estamos a martes y aún no están ni los servicios mínimos. NO voy a despotricar, porque todo el mundo tenemos derecho a luchar por lo nuestro, pero claro, en este caso, como tantas veces ha venido el lobo...
Y juntando todo esto al día a día, a un trabajo que este curso me chupa la energía al 100%, un grupo en general y un alumno en particular que saca lo peor de mí, que me deja exhausta al final de la jornada; contando que tras la jornada laboral me toca la jornada casera, esa en la que tienes que estar a tope, con una peque de 5 años, que no está pasando por su mejor momento, que tiene algo dentro que la está haciendo removerse (probablemente celos de su nueva prima); que mi espalda no me da tregua, o quizá sea yo la que no le da tregua a mi espalda; que sigo empeñada en perder peso, que, que, que...
Tengo la sensación de que voy andando por un río que me llega a la cintura y que voy contracorriente, y que además no puedo parar, tengo que seguir. Con fuerza, sin perder el ritmo, tomando aire de vez en cuando pero sin perder el horizonte.
Y para colmo y por poner la nota de humor; a Míheret le han mandado en el cole observar La Luna y dibujarla durante un mes. Desde el balcón de mi casa no se ve a las horas que ella está despierta. Solución: a casa de la vecina todos los días. ¡Manda huevos!