Casi todos, repetimos actividades. Unos juegas al padel, otros van de compras, hay quien de manera sistemática va a ver a la suegra...
Mi explicación tampoco varía mucho: "El sábado por la mañana, peiné a mi hija...". Y mis compañeros me miran como si estuviese loca.
¡No me extraña!
Pero así es. El sábado por la mañana, toca sesión de pelo. Y es que tela marinera, con el pelo afro...
Mientras que la peque desayuna mascarilla al canto y gorro de baño para que no se pringue todo. Aprovecho para "hacer la casa" mientras la mascarilla hace su efecto. Da igual que me pase del tiempo. No hay que preocuparse porque el pelo se ponga graso.
Después de esto directos a la bañera.
Aclaro la mascarilla, lavo el pelo (una semana sí y otra no), vuelvo a aclarar, y otro ratito de mascarilla.
En esta parte, la mascarilla la utilizo en cantidades industriales. No queda otra si quiero echarle en todo el pelo. ¡Increíble la cantidad que tiene!
Después a aclarar, sacar de la bañera y directas al sofá.
Nos ponemos cómodas,encendemos la tele, sacamos los útiles de trabajo y ponemos la paciencia en "modo ON".
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Si solo vamos a desenredar, necesitamos al menos una hora y media. Si queremos hacer trenzas o algo que no sea dejarlo suelto a lo afro, pues habrá que calcular al menos un par de horas más.
Es lo que toca. Y lo hago de mil amores.