Lilypie - Personal pictureLilypie Angel and Memorial tickers

Adoptando...

Lilypie - Personal pictureLilypie Waiting to Adopt tickers

sábado, 28 de septiembre de 2013

Me resulta inevitable hablar del tema de la semana.
El de la niña (de origen chino), que parece que han matado sus padres (adoptivos). Así es como nos lo presentan constantemente en los medios.
Y a mí lo que me hace reflexionar todo esto, es que ni más ni menos, este desgraciado suceso, nos iguala.
¿Qué quiero decir? Pues está muy claro.
Mil veces decimos los padres adoptivos que somos padres y punto, que ni mejores ni peores, que no salvamos a nadie... Y es verdad somos padres sin apellidos.
Pues por desgracia esto nos iguala a cualquier paternidad. Somos iguales en las cosas buenas y como parece que va a ser, también en las malas.
Con nuestras luces y nuestras sombras, una vez que tenemos a nuestros hijos cada familia es un mundo y cada casa...
Se lee por el ciberespacio el comentario "claro, como no eran sus padres". ¡Qué gilipollez, que tontería! ¿Acaso los bretones de turno, tampoco eran los padres?
También se debate mucho sobre cómo consiguieron el C.I.; y yo la verdad es que no voy a poner en duda que lo tuvieran positivo porque todo estaba bien en aquel momento. ¡Pues anda que no dan vueltas la vida! ¿O es que alguno de nosotros somos exactamente iguales todos los días de nuestra vida? Eso por supuesto que no justifica para nada lo que supuestamente han hecho, pero es que acaso, ¿todos los padres biológicos que matan a sus hijos ya pensaban hacerlo desde el día que nacieron?
Por desgracia el ser humano es así; y casos como este veremos a puñados, y muchos de los que sin tener un final tan drástico no nos enteramos.
En mi trabajo he tenido la desgracia de ver un  caso de malos tratos físicos bastante evidente. Por desgracia también en un niño adoptado, además con muchos años previos de acogida que podían haber puesto sobre aviso a la administración, a la madre sobre los sentimientos hacia su hijo...
En fin que como humanos que somos da igual de donde vengan nuestros hijos... otra cosa sería pensar si en cualquiera de los casos se merecen la preciosa etiqueta de "PADRES".
Al final, los que pierden, los más débiles. Como siempre.

martes, 10 de septiembre de 2013

ADDIS

Este fin de semana alguien me dijo que debo una entrada en el blog.
La verdad es que debo muchas.
El verano ha sido denso y el viaje a Walmara con Abay daría para hablar largo y tendido; lo que falta es tiempo y sobre todo inspiración.
Del viaje a Etiopía, podría hablar de mil sensaciones, mil sentimientos...
La llegada a Addis, la viví con un gran nudo en la garganta.
Volvía cinco años después.
El primer día en la capital, me removió mucho.
La vez anterior, iba en mi nube, en mi historia, en mi burbuja de felicidad. Esta vez fui mucho más consciente de la pobreza, de la miseria, de las diferencias,... que se viven en Addis.
En cada esquina, veía a mi hija; su historia, lo que fue, lo que pudo haber sido, lo que no sería nunca... muchas emociones, mucho dolor...
En los niños que con una sonrisa nos perseguían pidiéndonos "money", en la madre sentada en mitad de la calle amamantando a un bebé, en los adolescentes paseando por Piazza con sus peinados trenzados... El pasado, el presente, y el futuro...; lo que fue, lo que es, lo que no será... Ella estaba presente en cada uno de ellos.
El último día, en Addis también; visitamos un orfanato. Me dí de bruces con la realidad.
Fueron dos días muy duros a título personal.
El origen de nuestra historia pasó delante de mis ojos, sin tapujos.
El "dolor de madre", dolió y mucho...
Me quedan los 10 días del medio. Esos están llenos de aventuras. Poco a poco los iré contando.